sábado, 4 de junio de 2011

La Bolsa, otra visión.

Muchos piensan, o hemos pensado, que la bolsa es una institución financiera donde las empresas "llevan" sus acciones para financiarse y obtener recursos a cambio de una rentabilidad que se le entrega al que invierte.
Permítanme esta simplista definición, pero me he encontrado con muchos que piensan así cuando hablan de "la bolsa". Más lejos de la realidad definir así el mercado de valores cuando, ni las empresas van allí a financiarse, ni es una entidad pública financiera, sino una empresa privada, además de ser un centro de especulación de las acciones de las empresas que cotizan cuyos activos están a disposición del inversor en el mercado secundario. Dichas acciones o valores provienen de una emisión de acciones de las empresas, a un precio determinado, en el mercado primario cuando necesitaron recursos. Es decir, en resumen, es un mercado en donde cotizan (se compran y venden) activos financieros (acciones) que por la ley de la oferta y la demanda sube o baja el precio de forma permanente en base a determinados factores de todo tipo. Además dicho valor de cotización no tiene ninguna influencia directa, a priori, con la marcha y gestión de la empresa.
¿Y donde está la clave de todo esto?, pues muy sencillo: comprar barato y vender caro. Esto que parece una obviedad simplista y hay que tenerlo muy claro, repito, comprar lo más barato posible y vender lo más caro posible.
Por lo tanto como nos encontramos en un mercado especulativo que se rige por la ley de la oferta y la demanda es muy importante saber que también se pierde, y no sólo se pierde, sino que es necesario perder y saber perder, dicho esto podemos decir que: lo importante es perder muchas veces relativamente poco para intentar ganar pocas veces relativamente mucho. ¿Porqué digo esto? porque otras tantas veces también he escuchado la creencia que en la bolsa se invierte para obtener una rentabilidad, dando la impresión que nuestra inversión está protegida y guardada por el banco como si fuera una imposición a plazo, en letras del tesoro o algo parecido. Pues no, aunque el director de la sucursal de la esquina nos diga, con todo su intelecto, invierte en Telefónica que da una rentabilidad del 9%, lo que no te dice es que dichas acciones cotizan en un mercado de oferta y demanda, el cual se aprecia y se deprecia de forma compulsiva y que encima cuando te dan esa magnífica rentabilidad del 9%, lo que hacen es descontarte el importe del dinero que tienes invertido en dicha acciones. Es más, puede ser, que en el caso de que necesites el dinero y quieras recuperarlo, te puedes llevar la desagradable sorpresa que lo que recibes, una vez vendido, es bastante menos de lo que has invertido quedándote en la más perpleja sorpresa porque pensabas que habías previamente obtenido una rentabilidad, que ya tenías en tu cuenta corriente, y que sumando todo lo que tienes y restando comisiones y gastos, te quedaste por debajo de lo que invertiste.
El caso que describí en el apartado anterior es muy frecuente cuando depositan la confianza de invertir en acciones a personas, que por mucho que trabajen en un banco no les da el don de la sabiduría, que no controlan el mercado secillamente porque no lo siguen y que su trabajo preferentemente es de captación de pasivo, cuando tienen eso objetivo, o de créditos cuando tienen el objetivo contrario. Por lo tanto mucho cuidado e informarse muy bien.
También tenemos el otro caso, que creo que a muchos nos ha pasado, es que cuando adquirimos acciones fijamos un stop de beneficios y nunca de pérdidas, .... pero bueno ....., (Claro es que como es Telefónica una gran empresa se recuperará). será lo contrario, digo yo, porque tengo entendido que estamos aquí para ganar dinero, ¿no?, por lo tanto si fijas un stop de beneficios o un objetivo a alcanzar, que me parece correcto del todo, fija otro para asumir pérdidas, es decir un stop de pérdidas, eso hará que pierdas poco muchas veces y ganes mucho pocas veces. Probablemente siguiendo esta perspectiva las veces que ganes, que serán menores, ganarás más y las veces que pierdas, que serán mayores, perderás menos.
Otra de las máximas que se pueden llevar a cabo en este semi complejo mundo financiero es la famosa moraleja: nunca vendas cuando don mercado está subiendo y nunca compres cuando don mercado está bajando. Creo que esto es una máxima , no fácil de cumplir, pero que tenemos que aplicar a rajatabla si no queremos ver como todas nuestras posiciones se pueden difuminar en el éter de los propios mercados.
Esto es tan sencillo como el tema de los pepinos, por comentar algo relevante, que en base a unas erróneas declaraciones de una Señora que no sabe ni donde tiene su mano izquierda, el precio de los pepinos ha bajado tanto que te los regalan por la calle. Es decir los mercados se mueven por factores exógenos de todo tipo, incluidas irresponsables declaraciones sin fundamentos de hecho, y hacen que el precio de los bienes ya sea materias primas, acciones, bonos etc... fluctúe en función de esos factores y que afectan directamente a la oferta y la demanda de dichos bienes, valores, materias primas o activos.

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