viernes, 15 de abril de 2011

DEFAULT Y QUITA DE LA DEUDA GRIEGA.


Ayer un responsable de S&P declaró que una reestructuración de la deuda griega era inevitable y que según sus estimaciones la quita estaría entre el 50% o el 60% de la deuda. Hoy el ministro de economía alemán derramaba queroseno en el incendio afirmando en un diario local “en junio conoceremos un informe conjunto de la Comisión y el BCE sobre la sostenibilidad de la deuda griega. Si hay dudas habrá que tomar medidas adicionales”. La reacción ha sido inmediata, las rentabilidades de los bonos griegos a dos años han ampliado 100 pb anticipando una quita antes de lo esperado. El contagio al resto de países periféricos también ha sido inmediato, al igual que a los bancos cotizados que son los principales tenedores de deuda de Grecia, Irlanda y Portugal.

La aritmética de la sostenibilidad de deuda es sencilla. Grecia en 2015 tendrá una deuda pública del 150% de su PIB a tipos del 10% tendría que pagar anualmente un 15% de su PIB y un tercio de sus ingresos fiscales en intereses. La evidencia empírica nos dice que el umbral de sostenibilidad está próximo al 8% del PIB por lo que los griegos ya lo han cruzado y es lógico que los inversores teman recuperar su inversión. La deuda irlandesa estará próxima al 120% del PIB a tipos del 10% supondría el 12% de su PIB y un tercio de sus ingresos fiscales por lo que también ha cruzado el umbral de la sostenibilidad. Portugal llegará al 90% de deuda y a tipos del 10% pagaría el 9% por lo que ha cruzado el umbral pero no el punto de no retorno. El FMI sabe hacer estos cálculos pero ayer José Viñals, con buen criterio, eludió abrir el debate sobre la quita. Lo normal es ganar tiempo para que el sistema bancario vaya provisionando las pérdidas y evitar que cuando se produzca la quita haya una crisis sistémica, como sucedió tras la quiebra de Lehman.

En España, los cálculos de la sostenibilidad de deuda también son muy sencillos. En nuestro caso no llegaremos al 80% de deuda y a tipos del 5% del 10 años es el 4% del PIB en pago de intereses, niveles similares a los de Francia o Alemania y lejos de niveles de insostenibilidad. Cuando nuestro ajuste fiscal ha sido creíble y hemos acotado la crisis bancaria el riesgo de impago ha caído drásticamente y los inversores se alejan del comportamiento rebaño. No obstante, sigue vigente la sentencia de Keynes “los mercados pueden estar más tiempo irracionales que usted solvente”. Lo sucedido hoy confirma que, aunque hemos recuperado credibilidad, el diferencial sigue mostrando desconfianza y que los inversores y medios internacionales siguen muy de cerca todo lo relacionado con España SA.

(*) josé Carlos Díez. Economista jefe - intermoney.

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