Mi impresión es que estas empresas privadas que operan para rentabilizar las inversiones de sus clientes y los intereses de sus accionistas, se equivocan una vez si y otra también, ya lo han demostrado por activa y por pasiva, sin ir más lejos recordemos que dos días antes de la mayor quiebra bancaria de todos los tiempos que desencadenó las crisis financiera del 2008, Lehman brothers, la entidad quebraba, estaba calificada por triple A (AAA), que es la calificación más alta que otorgan estas empresas privadas, y así podemos poner numerosos ejemplos de intereses ocultos y controvertidos de estas agencias de rating, que como digo, son empresas privadas que defienden los intereses de sus accionistas y de sus inversores.
Dicho esto, lo mejor que nos puede pasar hoy es que los mercados obvien, como ya hicieron con la semana pasada con la rebaja de rating de los bancos, dicha calificación en perspectiva negativa, y aplaudan las medidas que está tomando la eurozona para mitigar el impacto de la crisis y cambiar la trayectoria de los países hacia la senda del crecimiento.
Desde mi punto de vista y por la cuenta que nos trae, investigaría a estas agencias de rating a ver si están falseando una situación de mercado para especular posteriormente. Porque entiendo que no se puede poner en entredicho la economía y el esfuerzo que realizan los países para salir de la crisis con medidas de calado que afectan directamente al bolsillo de los ciudadanos, que reducen los servicios sociales básicos (Dígase sanidad y educación) y que rebajan considerablemente el nivel de calidad de vida de los ciudadanos.
La realidad es que España en estos momentos de desgobierno es muy vulnerable a los ataques exteriores y hasta que no se celebren las elecciones somos carne de cañón para los apetitosos especuladores de carroña financiera que deambulan por esos éteres a la espera de observar el deterioro de una víctima para acudir a especular de lo lindo.
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