viernes, 18 de febrero de 2011

LA VUELTA AL TRUEQUE.

No se donde estarán ahora estos vaticinadores cuyas profecías iban encaminadas a un caos del sistema, a un debacle absoluto de la economía occidental, a una situación en donde la crisis del 29 fue una mera anécdota. En definitiva, a la vuelta al trueque.


Si, la vuelta al trueque, te cambio papas por naranjas, o cabras por cerdos. Eso sí, un trueque ordenado y regulado por alguna CNMV, donde circularían de nuevo los especuladores de lo ajeno, "los analistos", las águilas enriquecedoras de paso, y los buitres de la peor calaña y carroña. En fin, una fauna similar a la que existe hoy en esta crisis sistemática.

Pero, en donde están esos agoreros del desastre, donde se encuentran esos "vendedores" de libros catatónicos en los que se predecía la más absoluta de las debacles y poco menos que la desaparición de la moneda. Donde están, debajo de qué piedra se esconden. Qué fácil es predecir que todo va a ser peor de lo que es, y que la bolsa va a bajar, y que el euro se va a depreciar, y que los alimentos van a subir, qué fácil es hacerlo, cuando sabemos que siempre ocurre, en mayor o menor medida, pero siempre ocurre.

¿No será que quiero enriquecerme vendiendo libros a costa de la ingenuidad de la gente y escudándome en no se qué conocimientos universitarios y docentes?, pues es lo que pienso, que alguno está escondido detrás de una piedra debido a que sus vaticinios no se cumplieron. Lo que quiso fue aprovechar el momento y "advertir" a modo de catástrofe que todo se iba al garete y que sólo él, y nada más que él, tenía en la parte congnitiva de su cerebro la salida a esta quiebra sistemática global, incluso del vivir de las personas de este mundo.

Menos mal que se equivocó, porque ni en el mejor de sus vaticinios, contemplaba que a mediados de su catastrófico año: el 2010, en vez de hundirse el mundo tal y como pregonaba, comenzaría una recuperación estructural de las economías occidentales y que los gobiernos serían capaces de adoptar medidas de recuperación y estabilización del sistema.

SE EQUIVOCO, si señor, se equivocó, clara y flagrantemente. Y..., quien rectifica ahora. Quien devuelve a los ciudadanos engañados sus "eurillos" del libraco en cuestión, y digo más, quien les quita la fatiga de lo sufrido. Entonces donde están estos señores, donde está el debacle, donde está la quiebra del sistema, donde está la desaparición de la moneda, donde está la vuelta al trueque.





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