viernes, 20 de marzo de 2009

Doble carácter

Existe en este mundo variopinto una serie de indivíduos que se caracterizan por una "especie" de doble personalidad involuntaria, que en función de no se qué motivos, razones o situaciones, se ven trasladados de una esquina a otra de la paranoia diaria que sufre él mismo de forma personal, y que sufrimos también los que estamos a su alrededor.

"Hoy no estoy", "Me da igual todo", "cumplo con mis obligaciones", exclamaciones en un ambiente derrotista, sin sentido, que refleja y trasmite un pesimismo desmesurado a todo y todos los que se mueven, desgraciadamente, en esos entornos. "Vivimos en un país tercermundista"; cuantas veces no hemos oído o dicho esta frase por determinadas circunstancias. Bueno, pues mi personaje extremo alude a este tipo de afirmaciones cuando se encuentra en la situación de caida libre y derrotismo absoluto; repartiendo sin sentido, motes descalificativos y pesimistas contra todo lo que le rodea, sin apreciar ningún tipo de sentimiento ajeno.

Pues bien, con este tipo de personajes, que entre otras cosas no se deja ayudar porque presumen que no la necesita, es mejor no entrar a debate, sino simplemente escucharle, y con la tranquilidad de la coherencia y el sosiego, esgrimir un argumento contundente e irrebatible. En ocasiones, lo mejor es seguirle la corriente, cual asiduo visitante del manicomio.

"De esta no salimos" , "El caos está por llegar", pero .... ¿Puede vivirse así?, en el fondo es pura lástima lo que debe parecernos esa actitud. Muchas veces pienso como deben pasarlo las personas que, con sanguinidad familiar, no les queda más remedio que tener que situarse cerca, alrededor o en el entorno de estas otras personas.

Son francamente infelices, y creo que deben sufrir mucho en su fuero interno, pero si no se atiende a razones, no se dejan aconsejar, y no se pone lo más mínimo para procurar no ser tan extremista y en determinadas circunstacias situarse en una posición más moderada, que podemos hacer los demás: resignarnos ?.

Bueno, una técnica para mitigar esto, sería hacer un ejercicio diario de escucha, si, diario. Proponerse desde primera hora de la mañana sólo escuchar y hablar lo justo y necesario o menos, es decir, escuchar sin interrumpir y sin replicar, simplemente dejar hablar hasta la saciedad. Sólo decir algo muy escueto y muy sólido cuando se nos interpele. Para contrarrestar un poco la falta de expresión , escribir todo lo que oímos, y antes de poner en marcha nuestras tensas cuerdas vocales, pensar muy claramente que es lo que vamos a decir, y siempre situar nuestra afirmación en una posición de incertidumbre. Verán como esta técnica con estas personas "bipolares", funciona. Suerte.


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